Según los
últimos avances científicos de la física cuántica, demuestran que nuestros
pensamientos y emociones son en realidad ondas energéticas; cada una de estas
ondas vibran en una frecuencia concreta y atraen otras similares.
Entonces, por ejemplo si nos remitimos al entorno empresarial, en el cual también actuamos como emisores de mensajes que son emitidos dentro de una misma frecuencia, estaremos fabricando y atrayendo al ambiente de convivencia laboral, situaciones, comportamientos, con frecuencias vibratorias similares, creadas por nuestras propias emociones, inquietudes, motivaciones, creencias.
Si un ejecutivo, motivado por sus emociones, dice lo primero que se le viene a la mente, sin pensar en el impacto que tendrán sus palabras: “Han bajado las ventas, tenemos una de las peores crisis, ya no tendremos dinero”, estará afirmando y aceptando una amenaza en lugar de convertida en una oportunidad favorable para el entorno.
Si analizamos esta situación, nos daremos cuenta que este ejecutivo ha sido atrapado por el temor, sus palabras solo logran aumentar la crisis y por lo tanto la onda emitida está en una frecuencia negativa, baja la confianza y genera angustia entre los trabajadores, desciende el nivel de profesionalismo y como consecuencia se hace presente el indeseable estancamiento personal y organizacional. Por el contrario si el ejecutivo hubiera escogido un motor reflexivo y productivo que se manifieste a través de un talante positivo, se permitirían el fluido de situaciones objetivas y efectivas, atrayendo mejores alternativas hacia la empresa.
Bien decía Einstein, “Somos lo que pensamos”. Cada pensamiento que tengamos será equivalente a una partícula de lo que seremos. De igual forma se puede afirmar que la ley de la atracción universal funciona de la misma manera que la gravedad, lo que sube caerá. Suceda lo que suceda, si elegimos enfocarnos en pensamientos positivos estos podrán atraer alegrías o soluciones a los problemas existentes.
Que no se entienda que deseamos un panorama aislado, similar a la isla de la fantasía en donde no existen tristezas, envidias, fracasos, torpezas, individualismo, por el contrario se habla de un mundo real con problemas vs. soluciones, tristezas vs. alegrías, odio vs. amor, obligación vs. libertad, resistencia vs. flexibilidad, fracaso vs. éxito.
El Universo es un reflejo creador, tal cual espejo que nos muestra exactamente aquello en lo que nos enfocamos y dependerá de nosotros mismos mejorar o cambiar nuestra realidad.
Entonces, por ejemplo si nos remitimos al entorno empresarial, en el cual también actuamos como emisores de mensajes que son emitidos dentro de una misma frecuencia, estaremos fabricando y atrayendo al ambiente de convivencia laboral, situaciones, comportamientos, con frecuencias vibratorias similares, creadas por nuestras propias emociones, inquietudes, motivaciones, creencias.
Si un ejecutivo, motivado por sus emociones, dice lo primero que se le viene a la mente, sin pensar en el impacto que tendrán sus palabras: “Han bajado las ventas, tenemos una de las peores crisis, ya no tendremos dinero”, estará afirmando y aceptando una amenaza en lugar de convertida en una oportunidad favorable para el entorno.
Si analizamos esta situación, nos daremos cuenta que este ejecutivo ha sido atrapado por el temor, sus palabras solo logran aumentar la crisis y por lo tanto la onda emitida está en una frecuencia negativa, baja la confianza y genera angustia entre los trabajadores, desciende el nivel de profesionalismo y como consecuencia se hace presente el indeseable estancamiento personal y organizacional. Por el contrario si el ejecutivo hubiera escogido un motor reflexivo y productivo que se manifieste a través de un talante positivo, se permitirían el fluido de situaciones objetivas y efectivas, atrayendo mejores alternativas hacia la empresa.
Bien decía Einstein, “Somos lo que pensamos”. Cada pensamiento que tengamos será equivalente a una partícula de lo que seremos. De igual forma se puede afirmar que la ley de la atracción universal funciona de la misma manera que la gravedad, lo que sube caerá. Suceda lo que suceda, si elegimos enfocarnos en pensamientos positivos estos podrán atraer alegrías o soluciones a los problemas existentes.
Que no se entienda que deseamos un panorama aislado, similar a la isla de la fantasía en donde no existen tristezas, envidias, fracasos, torpezas, individualismo, por el contrario se habla de un mundo real con problemas vs. soluciones, tristezas vs. alegrías, odio vs. amor, obligación vs. libertad, resistencia vs. flexibilidad, fracaso vs. éxito.
El Universo es un reflejo creador, tal cual espejo que nos muestra exactamente aquello en lo que nos enfocamos y dependerá de nosotros mismos mejorar o cambiar nuestra realidad.
“Somos imanes que atraemos pensamientos, personas,
eventos, estilos de vida”
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