Vivimos en un mundo interminablemente agitado, estrepitoso, imperfecto pero a su vez moderno, vanguardista, progresista, futurista. Lo cierto es que la velocidad que hoy invade el ritmo de vida de las personas, grandes y pequeñas, hombres y mujeres, no permite que nos detengamos a pensar pausadamente en nuestro rumbo y en lo que verdaderamente queremos para nuestra existencia. Es un consumo diario de nosotros mismos que nos quiebra pero levanta nuevamente a la mañana siguiente para seguir adelante y seguir subsistiendo lo mejor que se pueda.
Es común escuchar a las personas decir "he dormido casi nada", "tengo 5 minutos para almorzar", "hoy no tengo tiempo ni para respirar", "tengo tantas tareas que hacer que trabajaré como un pulpo", parece de novela, pero realmente son expresiones que reflejan una realidad alarmante. Estas situaciones frecuentes de alto estres son afrontadas a diario, ocasionando malestares y efectos crónicos como el mal humor, drepresión, estados de ansiedad, distanciamiento en las familias, sobrecarga de responsabilidades, problemas . . . y más problemas.
El asunto de fondo es que falta tiempo para todo, eso ya lo sabemos; es entonces cuando los especialistas en la materia nos recomiendan administrar de manera eficaz el tiempo, pero esta técnica no nos garantiza que resolvamos el problema al 100%, porque no basta con ordenar nuestro día, apartar a los roba tiempo, tener una agenda electrónica que nos lleve el control de las actividades y mucho más, si nuestra falta de energía y buena actitud no nos permite mantener un alto rendimiento.
Es necesario analizar y entender que el mundo se mueve por energía y nosotros no estamos exentos a esa ley natural; es por ello debemos dar la debida importancia a la existencia de la energía en el trabajo y en nuestra vida. Sin una dosis de energía de calidad, simplemente nuestro rendimiento será defectuoso, estéril, provocando infelicidad en nuestro entorno y a nosotros mismos.
Es inmanejable el hecho de tener días buenos o malos, felices o tristes, productivos e improductivos, pero lo que si podemos controlar es nuestra capacidad de producir una buena dosis de energía positiva que atraerá una actitud más llevadera, amoldable, flexible y sobre todo adaptable a los cambios y situaciones que nos esperen en el día; solo asi funcionará la administración de nuestro tiempo y lograremos mejores resultados.
Es inmanejable el hecho de tener días buenos o malos, felices o tristes, productivos e improductivos, pero lo que si podemos controlar es nuestra capacidad de producir una buena dosis de energía positiva que atraerá una actitud más llevadera, amoldable, flexible y sobre todo adaptable a los cambios y situaciones que nos esperen en el día; solo asi funcionará la administración de nuestro tiempo y lograremos mejores resultados.
No olvide entonces que la administración adecuada de su energía, a nivel personal como colectiva, hará posible un convenio y pacto personal mediante el cual logre el equilibrio necesario para afrontar el remolino que le toca vivir y que nunca acaba.
"la energía nuestro recurso más preciado"
p/en buena onda.
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